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Arquitectos: Manuel Ocaña ; Manuel Ocaña
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Nos llaman porque hay un problema. Un jardín de una vivienda particular que tenía horizonte con piscina desbordante y puesta de sol es exterminado por una pared medianera de 15x9 metros de dudosa legalidad.
Los propietarios se sienten afectados anímicamente por un un muro amenazador cuyas propiedades espaciales y materiales son negativas. Es plano, crudo, duro, seco, opaco, sombrío, gris, desafiante e impenetrable
El concepto debe ir mucho más allá de un mero jardín vertical. Ya se han descartado propuestas previas. Un muro verde no deja de ser un simple muro. Las propiedades negativas se palian, no se eliminan.
Nuestra propuesta es un elemento activo que reacciona a la luz y a los cambios atmosféricos, con reflejos, vegetación y agua pulverizada que además climatiza y crea nuevas estancias y recorridos. En definitiva, un juguete que evoca la experiencia previa de la puesta de sol.
Hay dificultades técnicas. Las previas y las de la producción del pensamiento del proyecto.
Las previas son que necesitamos una estructura independiente porque no podemos apoyarnos en el muro malo y solo hay tres áreas de apoyo a diferentes cotas. Hay que salvar depuradoras, una piscina desbordante y el paso por unas escaleras que bajan al sótano. Además hay que fabricar la estructura por módulos ya que todo el despiece tiene que pasar por una puerta estándar de 2x1 m.
Las dificultades relativas a la producción del proyecto pasan fundamentalmente por tener que micro pilotar en descansillos de escaleras y áreas controvertidas y montar 33 módulos de estructura (todos diferentes y decrecientes en espesor hacia el cielo) sin andamio. Por otro lado se hicieron varios prototipos con los elementos que proporcionarán los reflejos: los espejos circulares. Se ejecutaron en acero inoxidable pulido y se cilindraron para evitar deslumbramientos. Son orientables y al curvarse no se calientan y dan el aspecto de unos pétalos metálicos. La nube de agua pulverizada crea un microclima y se ejecuta con una red de 60 nebulizadores embridada a unas horquillas que salen perpendicularmente de los módulos de estructura y que también sirven para que las plantas desborden y den más profundidad al cacharro.
El resultado es un nuevo horizonte que inunda el jardín y la casa y que ya ha atraído a varias especies de pájaros. Sus propiedades espaciales y materiales son ahora positivas. Es profundo, vivo, húmedo, cambiante, luminoso, colorido, reflectante, refrescante, desbordante, moldeable, fibroso, empático y sexy.